Jill
di Rousseau, la menor de sus hermanos exceptuando por el pequeño Nathaniel, había
tenido una infancia extraña, sobre todo por lo acelerado de su crecimiento que
siempre coincidían con días en que la
mansión estaba bajo ataque, no recordaba mucho de sus padres, solo sus voces
cuando le cantaban arrullos pero si quería tratar de recordar el rostro de
ellos simplemente se le venía un rostro a la cabeza, el de su mayordomo Yue.
Yue,
que en apariencia era un dulce joven de cabellos blanquecinos y mirada carmesí,
la había criado desde pequeña, ya que sus padres viajaban mucho, Yue se hacía cargo
de la casa junto con Charle, pero era él el que más tiempo pasaba con ellos,
era el tutor de Alexander, el consejero de Monse, compañero de juegos de las
gemelas, y a ella la enseñaba a usar la katana y controlar su poder shinigami.
Jill
lo admiraba, el era fuerte y muy hábil en todo lo que hacía, jamás le tuvo
miedo aun al enterarse que era un demonio, sabía que Yue no dormía y cuidaba de
ellos en las noches mientras dormían, nadie podía convencerla de que tomara un
baño, excepto Yue, Yue sabia a que temperatura debía estar el agua, que esencia
debía usar y como atrapar a la pequeña y escurridiza shinigami.
Todo
parecía bien para Jill, tenía a sus hermanos con ella, solo faltaban sus padres
que llevaban mucho fuera desde su último viaje, Jill quería entrenar para
sorprenderlos pero terminaba por ponerse a jugar a mitad de las lecciones, a veces cuando Yue
limpiaba y revisaba la mansión Jill le saltaba encima tratando de atraparlo,
pero siempre la atrapada era ella.
Yue
la cargaba con cariño y la llevaba con él cuando preparaba ricos postres, en lo
que Jill intentaba ayudar, pero siempre terminaba por hacer un desastre.
La
paz no duro poco, últimamente Jill estaba teniendo pesadillas acerca de que
atacaba a su familia, despertaba gritando por las noches, Yue trataba de
calmarla haciéndola olvidar sus pesadillas. A su lado se sentía segura ya que
ella sabía que si Yue estaba el no la dejaría hacerle daño a nadie.
Sucedió
cuando se estaba dando un baño por sí
misma, Yue había estado ocupado y no quería importunarlo, además quería evitar
que le dieran mas medicina que le causaba sueño. Repentinamente ese dolor la
ataco causando que se sumergiera, intento pedir ayuda pero solo pudo tragar
agua de la bañera, llamando al mayordomo en sus pensamientos. Su vista se nublo
quedando inconsciente al ya no poder respirar.
Fue
entonces cuando aquel cambio tan marcado en ella se dio, su cuerpo de niña había
sido dejado atrás por el de una jovencita de 13 años, el hecho de haber crecido
de nuevo despertó muchas cosas nuevas en ella, ahora se percataba de cosas que
antes no hubiera notado, y también estaña una extraña voz que oía en su cabeza,
Además aquella admiración que sentía
hacia su mayordomo, sentía como si hubiera cambiado, se preocupaba al verlo
débil constantemente.
El
mayordomo guardaba apariencias cuando estaba con su pequeña ama, además Jill
estaba preocupada por el hecho de que dentro de un tiempo alguien iría por
ella, le pregunto a Yue que pasaría si ella decidía ir por su voluntad a
aquella academia, Yue la miro con tristeza y le dijo lo que le enseñarían, pero
que además harían que viera a los demonios como enemigos que había que
aniquilar de inmediato.
Jill
sintió una terrible opresión al escuchar esto, ella no quería odiar a Yue, sabía
que era un demonio pero también sabía que él no era malo, no quería que fuera
su enemigo. Jill sacudió la cabeza desviando el tema, le confió a Yue acerca de
aquella extraña voz que oía en su cabeza, esperando que la tachara de loca,
pero lejos de eso el demonio le pidió más detalles, algo dentro de Jill cambio,
sintió como si perdiera el control de su cuerpo, como si se tratara de alguien
distinto a ella. Yue la miro con sorpresa pero permaneció tranquilo, sabía que
no se trataba de su pequeña dama en ese momento, así que simplemente trato de
averiguar quién era.
Se
trataba de alguien mas, ajeno completamente a Jill, Saine, un shinigami que un
siglo atrás había muerto por proteger a su hija, ahora había renacido en el cuerpo
de aquel que poseía un poder shinigami mayor dentro de la familia, el cual era
el caso de Jill. Yue se insinuó un poco a Saine el cual simplemente por hacer
que Jill sonrojara le siguió el juego pero justo antes de que pudiera hacer
algo, llego la hermana mayor de Jill interrumpiendo.
Justo
antes de que Monse reclamara algo un par de extrañas mujeres atacaron la
mansión, pero no iban por Jill sino tras de Yue y charle, en un intento por
echarlas Jill resulto terriblemente herida, lo único que realmente la mantenía
con vida era la energía de Saine. Pero si no hacían algo pronto Jill terminaría
por morir.
Saine
intento lo que pudo, trato de usar su energía para que la herida sanara, pero
nada daba resultado, el cuerpo de Jill comenzó a palidecer y ponerse muy frio, Saine
se aterro ante lo que acaba de descubrir, el cuerpo inerte de la shinigami no tenía
un alma, no tenia mas opción, busco a Yue suplicándole ir con él al inframundo,
si el alma de Jill cruzaba el rio de la muerte jamás podrían recuperarla.
Viajaron
ambos al mundo de los muertos, buscando a Jill incesantemente, cuando la
encontraron ella no parecía reconocerlos, Saine se percato de que parecía no
tener brillo en los ojos, ni fuerza de voluntad, Yue tomo la mano de Jill
suplicándole que regresaran, que ella no podía cruzar, pero ella dijo que el barquero
la llevaría al otro lado aceptando su collar como pago.
Yue
se quedo en shock al oír aquello, Aquel collar de plata había sido un regalo
especialmente para ella, de verdad era lo que estaba dispuesta entregar de
pago? Se acerco a ella y tomo su rostro en sus manos
-
pequeña
dama...míreme a los ojos...directamente...y dígame que no sabe quien soy...ya
olvido que yo le regale ese collar
-
Yu...Yue
– susurro Jill, sintió un enorme vacío en su memoria, solo veía una silueta
pidiéndole a ella de pequeña que cerrara los ojos, al abrirlos tenía ese
hermoso collar.
Jill
sintió un terrible dolor de cabeza, sus gritos despertaron al barquero, el cual
no parecía muy contento, Yue chasqueo la lengua al ver como el barquero
comenzaba a levantarse, tomo a Jill en sus brazos
-
Jill-sama...pequeña
dama...Lady Jill-sama....respóndame....soy yo....Yue-san...sé que sabe quién
soy....
-
Tenemos
que irnos- insiste Saine- el barquero hará hasta lo imposible por quedarse el
alma de Jill, si no escapamos ahora nos arrojara a todos al rio
-
Yue?-
murmuro Jill confundida al no poder recordarlo, se vio a si misma de bebe
llamándolo manoteando, de niña entrenando con la katana, leyendo en la biblioteca
o haciendo desastre en la cocina- Yue- murmuro – no quiero, no quiero olvidar,
no quiero olvidarte- lloriqueo abrazándose del cuello de Yue pegando sus labios
a los suyos, el mayordomo se sorprendió pero le correspondió unos breves
momentos, sujeto bien a Jill y escaparon de ahí, esquivando los ataques del
endemoniado barqueo
Cuando
regresaron al mundo humano, Yue despertó al lado de su pequeña ama, la cual
dormía aferrándose a él, decidió dejarla así, no quería despertarla además, Yue
estaba agotado por el pequeño viaje al mundo de los muertos. La cubrió con sus
sabanas y beso su frente deseándole dulces sueños.
Jill
permaneció toda la noche aferrada a él, por la mañana abrió lentamente los ojos
percibiendo una fragancia que la tranquilizaba, cuando se percato de que estaba
aferrada a Yue se sorprendió tanto que cayó de la cama sus mejillas estaban
completamente rojas.
Yue
se acerco a ella preguntándole como se encontraba, Jill lo miro apenada, el
rubor de sus mejillas aumento, recordaba vagamente un enorme rio, rocas porosas
y afiladas, un barquero, pero.. El sitio era extraño, el cielo era de un color
extrañamente rojo con muchas nubes, en ese extraño lugar ella, había besado a Yue?
-
Fue
... solo un sueño verdad?- murmuro agachando la mirada, Yue se acerco a ella tomándola
del mentón
-
Dígame
lady Jill ..- le dijo depositando un beso en su frente, otro en su mejilla y
uno más cerca de sus labios- en que piensa?
-
Tuve
un sueño raro, había... un rio, y un barquero, además estabas tú y Saine... y
yo.. iba a entregar mi collar como pago al barquero- respondió Jill llorosa-
además, no te recordaba, y me sentía vacía y dolía
-
Jill
sama que quiere decir con eso
-
Me
dolía por que entregaría mi preciado collar y por que... no te recordaba, me dolía
muchísimo no recordarte- dijo Jill abrazándose del cuello de Yue- no quiero
hacerlo, no me gustaría olvidarte, no me lo permitas, me dolería mucho no
recordar tu nombre ni tu rostro... sentiría un vacio en mi pecho si te llegaras
a alejar.
Yue
la abrazo y beso su frente para calmarla, Jill se aferro a él llorando un poco,
aquello no había sido un sueño, no podía explicarlo pero podría jurar que
aquello que había sucedido no era un sueño, no quería que lo fuera, levanto un
poco el rostro besando nuevamente los labios del mayordomo.
Saine
interrumpió inoportunamente, ahora que podía proyectarse fuera del cuerpo de Jill
como una especie de fantasma, era más molesto aun. Jill se separo de los labios
de Yue visiblemente apenada.
-
Por
favor no pienses mal de mí- susurro agachando la mirada
-
Jill-sama...lo
que pensaría un mayordomo no tiene importancia, o si??....aun así.. pensaría
que lo hizo inconscientemente... o simples acciones de una pequeña dama de
saber qué es lo que se siente un beso, dado en los labios de otra persona.... a
no ser que Lady Jill-sama..desee explicarme...no pensare nada malo de ella....-
le dijo mirándola tranquilamente - o que cree usted acerca de lo que hizo la
pequeña dama ...Sa-i-ne..-san?- le pregunto el mayordomo a Saine
-
Pienso
que no soy el que debe responder a eso, es ella la que debe decirlo- respondió
este, parecía un poco alterado
Jill
agacho aun más la mirada al oírlos, curiosidad por saber que sentía un beso?
Acciones inconscientes? Sintió una fría puñalada en su alma, tal vez Yue no
quería preocuparla ni hacerla sentir mal pero, aquello había dolido como si mil
pedazos afilados de hielo se clavaran en ella, sus ojos se llenaron de
lagrimas, las cuales resbalaban sin control por sus mejillas.
-
solo soy “la pequeña dama” después de todo –
murmuro Jill sujetando su pecho
-
por
supuesto que es la pequeña dama....y por ello... no hay problema alguno...- le
respondió Yue abrazándola para calmarla
-
así
que no hay problema he?- dijo Saine de una manera en a que solo Yue podía
escucharlo, manteniendo ajena a Jill a aquella conversación, la energía
shinigami de este parecía esparcirse por la habitación pero Jill no lo notaba
-
que
pasa Saine-san...esta celoso por lo que acabo de decir...o es que acaso...
desea que deje en paz a Jill-sama y no le moleste nunca más?- le pregunto Yue
de la misma manera, dejando a Jill perdida en sus pensamientos
Saine
les dio la espalda a ambos, viendo de reojo como Jill sufría por sus
pensamientos y sentimientos, aun era demasiado joven y pequeña realmente no
entendía lo que pasaba, apenas y entendía que estaba enamorada. Se aferro mas a
Yue mirándolo de reojo, sus palabras la confundían, de verdad no había
problema? Jill acaricio la mejilla del
mayordomo besándolo nuevamente de una manera más suave y menos desesperada que
las anteriores, Yue se sorprendió de sobremanera, no esperaba que su pequeña
ama lo hiciera de nuevo, no dijo nada ni siquiera se inmuto, la dejo hacer sin
quejarse ni moverse en absoluto, esperando la reacción de Jill.
Saine
observo esto liberando de golpe mucha energía, un brillo verde invadía sus
ojos, Jill se separo de los labios de Yue sobresaltada, observo a Saine el cual
parecía molesto, después vio a Yue el cual parecía pasmado ante las
acciones atrevidas de su pequeña dama, Jill
se sintió apenada, y sintió una terrible punzada en el pecho. Lamio
juguetonamente el cuello de Yue para sacarlo de su trance, aun así se sentía
apenada y culpable, tenía miedo que Yue la odiara, cayo inconsciente en brazos
del mayordomo, aun era de madrugada y ella aun estaba débil después de haber
estado a punto de morir.
esta es la primera parte de esta historia que aun esta en proceso.. espero les agrade
ResponderEliminaresta dedicada a mi hermosa familia di rousseau.. chicas las amoo
Tambien te amo XD
Eliminarno habia comentado antes, pero he leido todo, espero podamos seguir publicando aqui nuestras locuras, y este capitulo ha sido muy bueno