sábado, 20 de abril de 2013

La historia de Yue y Evangeline: Capitulo 4


Capitulo 4: Definitivo

A la mañana siguiente Yue se había marchado antes de que ella despertara. Cuando Evangeline abrió los ojos se encontró sola en la habitación y jamás se enteró que había dormido junto a él. Aun así sintió el aroma de Yue en la almohada, no le desagradó del todo, pero no era a ese demonio a quien quería.

Se levantó y de inmediato desapareció de allí dejando una nota de despedida para Yue dándole las gracias por su hospitalidad. Apareció frente a la puerta de casa de Antare. Apenas ella había tocado a la puerta cuando esta se abrió dejando ver al dueño de casa, quien la miró visiblemente aliviado de verla a salvo.

- Error – dijo al verla.

Evangeline miró a Antare sintiendo peso en su estómago, estaba nerviosa como jamás se había sentido, eso la hacía enojar consigo misma.

- Antare, yo…

- Pasa – dijo él dándole la espalda e internándose en la casa. Su rostro era serio e inexpresivo de nuevo, como siempre, pero estaba aliviado de que ella hubiese regresado. Solo esperaba que ella no le hiciese una escena.

Evangeline se mordió el labio antes de entrar. Luego lo siguió sin saber con exactitud lo que quería decir. Ella realmente esperaba ser recibida con un abrazo, y palabras tranquilizadoras, en donde el expresara lo feliz que estaba de verla de regreso. Sabía que eso era demasiado pedir considerando que nunca había sido muy expresivo.

Mientras tanto Yue, en su hogar, miraba la cama en la que Evangeline había dormido, tocó la almohada donde ella había posado su cabeza y sonrió de esa manera tan característica en él. Sabía que la quería de vuelta allí de nuevo y dormir junto a ella, pero en esta ocasión que ella lo supiera. La quería ahí siempre.

Luego de unos minutos de incómodo silencio, Antare tomó la palabra.

- Supongo que quieres regresar – dijo el – yo no tengo ningún problema en que lo hagas Error, solo debes mantener la compostura.

- ¿Y qué significa mantener la compostura? – preguntó Evangeline acercándose a él.

- Ya sabes, mantener la distancia – él se alejó – no volver a repetir lo sucedido.

Mientras estas palabras salían de la boca de Antare, el pensaba que era la mejor decisión, era la única manera que tenía de protegerla.

- Pero… - ella se acercó más y lo abrazó – yo no me arrepiento de eso.

Al ser abrazado Antare notó el aroma de Yue en ella, y la apartó bruscamente.

- De todas maneras no has perdido el tiempo Error, veo que encontraste alguien que te consolara – él se oía frío y cortante.

- ¿A qué te refieres?

- Yue

- ¿Yue? El solo me recibió en su casa, nada más – Evangeline se oía un poco desesperada.

- Sabía que esto pasaría… en cuanto tus instintos de súcubo despertaran no habría control para ti.

- Pero…

- Que decepción Error.

- Yo no he hecho nada Antare… y de verdad te amo – su voz sonaba angustiada.

- ¡¡No existe el amor para los demonios error!! ¡¡Eso ya te lo dije y no vuelvas a repetirlo!! ¡Además yo no te amo! – él le dio la espalda.

- Entiendo – dijo ella luego de varios segundos de silencio en los que trato de controlarse, para luego dar la vuelta e irse de allí.

Antare solo escuchó la puerta cerrarse, se dio la vuelta y ya no había nadie.
- Evangeline – dijo casi susurrando.

Ella camino alejándose de la casa. Sus poderes inestables solo le permitieron llegar al mundo humano, donde se recostó en un bosque, dejando que el sol acariciara su rostro.

- Hermoso – susurró. Para ella que jamás había salido del inframundo lo que veía ahora le parecía único.

Pero alguien la observaba, alguien a quien no le gustaba lo que veía.

- ¿Por qué tan molesto Miguel? – dijo el arcángel Gabriel apareciendo junto a su hermano. Ambos estaban en su palacio en el cielo.

- No me gustan que las cosas no resulten como las planeo – dijo el arcángel Miguel.

- ¿Vigilas a tu hija? Para qué… es una pérdida de tiempo, no es tan fuerte como debería.

- ¡No maté a su madre y me encargué de que fuera encontrada por Antare solo para que se enamorara de él! – dijo molesto - ¡¡El debía entrenarla y convertirla en alguien fuerte!!

- Pero es linda, si no fuera tu hija la incluiría en mi harem – Gabriel sonrió con malicia, luego agregó – Y si la querías fuerte ¿Por qué no la trajiste aquí y la entrenaste tú?

- Porque no habría sabido cómo enseñarle a usar sus poderes demoniacos, pero lo resolveré.

Yue había visto salir a Eva de casa de Antare y desaparecer. Como notó baja su energía la siguió y solo la observó desde lejos. Su rostro acariciado por los rayos del sol se veía hermoso y el decidió seguir contemplando. Pero entonces vio aparecer a un arcángel junto a ella, se preocupó y se dejó ver, pero Miguel fue más rápido. Lo último que Yue vio fue la cara de pánico con que Evangeline miraba a Miguel, y la cara de satisfacción que este le devolvía.

- ¡Evangeline! – gritó Yue enviándole una bola de energía a Miguel, pero ya era tarde, ellos habían desaparecido.

- El se la llevó – dijo Antare apareciendo junto a Yue.

- ¿Qué pasó? ¿Quién era él? ¿Por qué se la llevó? – preguntó Yue al verlo.

- Fue secuestrada, era su padre y no sé por qué se la llevó.

- ¿Su padre? Si era su padre ¿por qué estaba tan asustada al verlo?

- Quizás porque vio como él mató a su madre.

La preocupación de Yue aumentó

- ¿Como la salvamos?

- No sé.

- ¡¡Pero como no sabes!!

- No puedo llegar donde ella está, y tu tampoco. Está bloqueado.

- ¿El cielo?

- Si.

Mientras tanto Evangeline haba sido llevada por Miguel al Séptimo cielo, la dejó en una habitación bloqueada. Luego del susto inicial al verlo y reconocerlo como el asesino de su madre ella había recobrado la sangre fría.

- ¿Y a que se debe el honor? – dijo desafiándolo con la mirada.

- Tenia deseos de una reunión familiar pequeña – dijo Miguel sonriendo.

Ella debía reconocer que su padre era hermoso, pero a la vez letal.

- Es tarde para reuniones familiares.

- Nunca es tarde – el sonrió un poco mas – Este es el momento ideal para los acercamientos. Tienes mucho potencial desperdiciado, tus emociones te hacen débil, en estos momentos no eres una amenaza ni siquiera para los humanos y lo sabes – él hablaba con calma, pausado – Si te unes a mí, a nosotros, a nuestra cruzada te daré el padre y la familia que siempre has querido.

- Solo debo cazar y matar demonios ¿verdad? – dijo ella con burla – los únicos que me han dado algo en estos años son demonios ¿y quieres que los persiga?

- Podrías comenzar con Antare, después de todo el no siente nada por ti realmente ¿o sí?

- ¡¡No lograrás manipularme. Puedes decir lo que quieras, no me uniré al ser que mató a mi madre!!

Miguel le acarició el rostro.

- Entonces te quedarás aquí, en esta habitación hasta que cambies de opinión o me aburra y te mate, lo que pase primero.

Luego de decir esto Miguel desapareció dejándola sola en la habitación. Ella se sentó en un rincón y sacó sus alas para cubrirse con ellas.

- ¿Acaso este día podía ir peor? – murmuró.

Dos días después, Evangeline seguía encerrada en la habitación mientras Yue y Antare buscaban una forma de llegar a ella, sin éxito.

Durante la mañana un joven arcángel entró en la habitación, la miraba con ojos brillantes.

- No lo puedo creer, realmente la hija de Miguel esta aquí – el arcángel se acercó a ella y dándose importancia le dijo – Soy tu tío Shamuel, puedes decirme tío, así que deberás obedecerme, ya verás, te invitare a comer frituras y leer mangas, lo pasaremos realmente bien. Las cosas que hacen en ocasiones los humanos son realmente buenas. Eres tan linda ¿alguna vez te han dicho que te pareces a Hanajima de Fruits Basket?

Evangeline la miró confundida, escuchando todo aquello de mangas y frituras sin tener idea a lo que se refería, pero luego sus ojos brillaron rojos y sonrió con malicia.

- Claro tío Shamuel – le dijo sonriendo – Pero deberíamos salir de aquí ¿no crees? Este cuarto es muy oscuro para leer.

- ¡Tienes razón, vamos al mío! – dijo entusiasmado Shamuel, al fin había encontrado a alguien con quien compartir su afición, pero recordó algo – Aunque Miguel dijo que no podías salir de aquí.

- Yo no le diré, si tu no le dices – Evangeline puso cara de inocencia.

- ¡Es verdad, vamos! – Shamuel la tomó de la mano y caminó con ella por los pasillos del palacio hablando sin parar – Ya verás cómo nos divertiremos, será genial tener una sobrina a la cual enseñarle mi colección de mangas, figuritas y cosplay. Ya veras, te pondré un lindo vestido de maid, te quedará hermoso, será como tener una muñeca tamaño real a la cual ponerle los trajes y haremos cosplay juntos…

Evangeline había dejado de escuchar las palabras de Shamuel, estaba concentrada tratando de reunir energía para salir de allí, pero no sabía cómo.

Finalmente al llegar a la habitación Shamuel le había puesto el traje de maid, y le hablaba sin parar de sus personajes favoritos.

- Tío Shamuel ¿hay un bloqueo en el palacio? Estoy tratando de hacer aparecer unas cosas para ti, pero no puedo. ¿Por qué ocurre eso?

- ¿Bloqueo? No, es que solo los arcángeles y ángeles tienen libre acceso a este lugar, pero si tú eres hija de Miguel deberías poder… Mira, toma, te re…. Yo te… - le costaba pronunciar las palabras mientras medio extendía un manga hacia ella– te rega…. – finalmente se dio por vencido – te presto este manga como conmemoración de nuestro encuentro.

- Gracias – dijo Evangeline tomándolo, para luego sonreír con inocencia, mientras pensaba que no podía usar sus poderes de ángel porque jamás le habían enseñado a hacerlo - ¿Pero no sería más divertido si vamos por unos nuevos y así empezar también yo mi colección?

Shamuel la miró emocionado, pensando que había encontrado su alma gemela.

-Tienes razón, vamos abriré un portal y nos vamos a ¡¡¡buscar mangas!!!! – la tomó de la mano y salió de la habitación con ella por un pasillo, Shamuel extendió la mano y se abrió un portal, pero entonces aparecieron Zadkiel y Rafael en un extremo del pasillo.

- ¿A dónde vas Shamuel? – preguntó Rafael, al verlo llevar de la mano a Evangeline – Miguel dijo que ella no podía salir de aquí.

- Solo vamos por unos mangas ¿vienen?

Al ver a los otros dos arcángeles, Evangeline se soltó de la mano de Shamuel y corrió hacia el portal extendiendo sus alas, al notarlo Zadkiel le lanzó una bola de energía que le dio justo en un ala y el hombro, haciéndola caer. Rafael no se quedó atrás y la atacó también concentrándose en cerrar el portal. El ataque le llegó a Evangeline en una pierna, pero logró atravesar el portal y transportarse hacia el inframundo, donde cayó sobre el suelo como costal.

Se giró en el suelo quedando de espaldas, miró el cielo. Su corazón latía rapidísimo y estaba medio eufórica.

- Eso estuvo increíble, - murmuró – si no me doliera tanto lo haría de nuevo, fue muy divertido – rio para sí.

Al mirar a su lado Evangeline pudo ver a Yue y Antare de pie junto a ella que la observaban desde arriba.

- Estás herida – dijo Yue arrodillándose a su lado, y viendo las extrañas ropas que traía.

- Error. – Antare quiso ayudarla a ponerse de pie y trató de curar su ala rota, pero la súcubo lo alejó de un manotazo y se levantó como pudo.

- Hombres – dijo ella caminando algo tambaleante, alejándose de ellos, tropezando de vez en cuando. Ellos solo la miraban sorprendidos – Quien los necesita.

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