A
la mañana siguiente un invitado inesperado llego a la mansión, se trataba de
Leonard Freud, el mismo shinigami que había intentado llevarse a Jill, ahora volvía
pidiendo refugio, Jill había compartido el almuerzo con el preguntándole cosas
acerca del mundo shinigami, Saine lucia molesto y a Yue parecía no agradarle en
absoluto que ese shinigami estuviera ahí de nuevo.
Saine
se la paso hostigando a Jill reclamándole el hecho de que ella fuera encimosa,
pero Jill se sentía incomoda ella solo tenía curiosidad, le había preguntado a Yue
lo que ella quería saber, pero el mayordomo no podía responder absolutamente
todo acerca de los shinigamis. Se molesto con Saine por decirle tales cosas,
pero a la vez quería consultarlo con Yue, se sentiría muy mal con ella misma si
el llegase a pensar lo mismo de ella.
Se
sintió mejor cuando Yue le dijo que lo había hecho solo por curiosidad, aun así
Saine siguió hostigándola, pero repentinamente se debilito, había perdido
demasiada fuerza sin notarlo al ir a rescatar a Jill, Yue trato de hacer algo
por el compartiendo algo de su sangre, como resultado, Saine obtuvo un cuerpo solido,
dejando de ser solo una presencia astral.
Por
medio de Leonard Saine se entero que una antigua enemiga iba tras de Jill,
Leonard había escapado del mundo shinigami después de recibir un castigo, y
solo lo había hecho para poder advertirle del peligro que corría. Jill curo las
heridas de Leonard, mientras que Saine decidió entrenar arduamente a Jill para
que aprendiera a usar sus poderes como debía.
Jill
intentaba hacerlo lo mejor que podía pero simplemente terminaba herida y no
prestaba mucha atención, Yue la llamo a desayunar a lo que ella boto todo de
inmediato para entrar a casa. Saine también estaba hambriento pero el mayordomo
no le dio nada de comer, y le dijo a Jill que tampoco lo hiciera, pero la
pequeña shinigami se compadeció y le dio un trozo de su pastel. Yue la
descubrió y salió al jardín con un semblante muy serio.
Jill
salió detrás de el abrazándolo por la espalda, temblaba al hacerlo, tenía miedo
de que Yue se hubiera molestado con ella.
-
pequeña
dama... haría el favor de soltarme... así no podre ir a la ciudad por mas
ingredientes para la comida o la cena- le dijo mirando su reloj, tomo las manos
de Jill haciendo que lo soltara
Jill
sintió esta acción como una fría puñalada, se aferro de nuevo a él dándole a
entender que no lo soltaría
-
llévame-
le suplico- llévame contigo entonces
-
pequeña
dama... tengo que ir yo solo, además al parecer no puedo dejar solo a Saine-san
en la mansión, porque podría causar un gran cataclismo en este lugar, así que
lo siento pero ni puedo llevarla... ordénemelo y solamente así la llevaré
Jill
sintió mucha presión en su pecho, nunca jamás le había dado una orden a Yue,
siempre le había pedido las cosas con amabilidad, aunque él fuera su mayordomo
ella no lo veía así, pero... si lo dejaba marcharse no podría intentar arreglar
las cosas para que dejara de estar molesto
-
yu..Yue..
es una orden... llévame a la cuidad contigo- dijo firme pero con dificultad- en
cuanto a Saine... no te preocupes por él, estará tranquilo en cuanto beba el té
-
yes
my lady- respondió Yue haciendo una reverencia ante Jill, haciéndola sentir aun
peor, ella jamás había querido tratarlo como a un sirviente
Yue
cargo a Jill y se adentro al bosque que rodeaba a la mansión, salto por las
copas de los arboles usando su poder demoniaco, Jill se aferro a él acurrucada
en sus brazos.
-
Jamás
he estado en la cuidad- dijo tranquilamente, el mayordomo pareció ignorarla un
momento
-
Mire
hacia allá- le indico de pronto, la cuidad de alcanzaba a ver de lejos- eso es
Londres, llegaremos muy pronto my lady
Cuando
llegaron a las afueras de la cuidad Jill observo curiosa, lucia emocionada
repentinamente, Yue sonrió de medio lado al verla alegre por algo tan simple
como estar en la cuidad. Yue camino por las calles seguido de Jill la cual
miraba todo atentamente.
-
Pequeña
dama no se aleje de mi lado- dijo Yue quitándose los guantes y tomando a Jill
de la mano, guiándola a través de la gente, Jill se sonrojo pero..de alguna
manera le alegraba ser guiada así por Yue
Algo
distrajo la atención de Jill, habían pasado frente a una tienda de juguetes,
Jill se soltó un momento y se acerco al escaparate mirando atenta, Yue se
acerco a ella y la cargo con un solo brazo, mucha gente los miro pero ella no
puso atención en ello, se sentía cómoda ya que Yue la cargaba así cuando era
más pequeña, ambos entraron a la tienda de juguetes, Yue bajo a Jill para que
curioseara por ahí, ella al haber crecido tan rápido no había tenido muchos
juguetes, y estaba maravillada al ver tantos como tenían sus hermanas. Yue noto como Jill abrazaba dos
peluches, un borrego y pequeño zorro, sonrió pensando en ella como una niña
pequeña.
-
Desea
esos peluches mi pequeña dama?
-
De
verdad puedo tenerlos?- pregunto ella con ojos brillosos, Yue asintió y pago al
dependiente por ese par de muñecos
Ambos
salieron de ahí, Jill abrazo ambos peluches al tiempo que Yue la volvía a
cargar con un brazo, el semblante del mayordomo lucia como antes, eso tranquilizaba
a Jill, además aquel par de peluches, eran un regalo, y los primeros juguetes
de ella que no eran sonajas de bebé.
Después
de las compras Yue le mostro la cuidad a Jill desde la cima del big ben, le mostro el rio y el palacio, y respondía a
las preguntas de la curiosa shinigami, tanta emoción la agoto muy pronto por lo
que Yue extendió sus alas y regresaron a casa, Jill se acurruco en el, Yue ya
no parecía molesto aunque ... ella estaba en problemas debido a su desobediencia
así que tendría que ponerse al corriente con sus lecciones.
Durante
varias noches, Jill había tenido terribles sueños acerca de una mujer extraña
con cabello color de oxido, la cual trataba de matarla, Jill despertaba
asustada aquellos sueños parecían reales, había intentado ir a la habitación de
Alexander, pero este parecía no pasarla bien tampoco mientras dormía, tenía
miedo de volver a su habitación sola, así que opto por ir a la del mayordomo. Yue
parecía agotado, Jill se metió a su cama con sigilo acurrucándose a su lado, se
sentía segura estando ahí.
-
Pequeña
dama se encuentra bien- le pregunto Yue al ver que esta conducta se repetía a
diario
-
Aun
tengo pesadillas con esa mujer
-
Pequeña
dama ya le dije que yo la protegería a usted y a la familia
-
Aun
así... si... si ella te hace algo.... yo no podría soportarlo
-
Es
mi deber como mayordomo my lady
-
Yue,
de verdad tienes un contrato con la familia?- le pregunto Jill aferrándose a el
-
Ya
se lo había dicho a Bocchan y se lo responderé a usted, no tengo realmente un
contrato con la familia ni con nadie pequeña dama
Durante
las mañanas siguientes, despertar era un drama entero para Jill, Saine se
empeñaba en dormir a su lado, pero una mañana algo fue diferente, Saine tomo
los brazos de Jill y los sujeto con fuerza para inmovilizarla y así poder beber
su sangre, Jill soltó un fuerte grito, el cual fue escuchado por Yue y
Alexander, los cuales fueron de inmediato, Yue saco a Saine de ahí mientras que
Alexander se quedo con su pequeña hermana.
Jill
temblaba por lo que había sucedido, había sido repentino e incomodo, Alexander
curo su herida, y trato de calmarla, Jill logro sentir la energía de Yue que
rodeaba a su hermano, sabia de algún modo que Yue había bebido la sangre de su
hermano, no pudo evitar encelarse un poco.
-
Acaso
te gusta Yue?- le pregunto Alexander en un tono juguetón
Jill
se sonrojo y asintió ligeramente, después lo negó y volvió a asentir, estaba
confundida, o peor que eso. No estaba segura, el la veía como su pequeña ama
solamente, o eso daba entender, jamás la
había juzgado por sus acciones, sin embargo era atento y amable con ella
pero... lo hacía solo por ser un mayordomo? Además Jill tenía la duda de saber
con quién tenía el contrato Yue, nadie de su familia parecía tener una marca así.
Alexander
tranquilizo a su hermana , y le dijo que desayunaran, que habría tiempo para
descubrir lo que de verdad sentía ya que aun era muy pequeña para eso.
Jill
s sintió aun mas confundida, consideraba injusto que ella tuviera que sufrir de
esa manera solo por no saber que quería, se encontró con Leonard e cual se
encargo de distraerla durante el día, al menos hasta que una mujer extraña
ataco la mansión, Saine al sentirla había regresado a hacerle frente, parecía
que la conocía bastante bien.
Leonard
parecía asustado ante la presencia de aquella mujer, Saine le pidió a ella que
huyera, que ambos escaparan mientras el entretenía a aquella amenazante extraña,
Jill dudo un poco, fue cuando Yue llego con ellos, tomo a Jill y salió de la
mansión con ella y Leonard, tratando de mantenerla segura.
Aquella
mujer parecía tener una obsesión con Saine, pero este se negaba a marcharse con
ella, se negó rotundamente causando su ira, la cual intento desatar en contra
de Jill y Leonard, Saine y Yue los protegieron, por lo que aquella mujer no tuvo
más remedio que huir, jurando que regresaría cuando menos lo esperaran. Yue
llevo a Jill y Leonard a la mansión, Saine entro con ellos, y no se despego de Jill
en toda esa noche.
Por
su parte Jill no estaba menos tranquila, despertó con horribles pesadillas
durante las noche, aquella mujer había amenazado con matarla, y regresaría, Jill
tenía miedo de cualquier sombra que se formara en su habitación, aunque se cubriera
la cara aquellas pesadillas no paraban, eran tan reales para ella,
Me pregunto que ocurrira al final, quien sabe XD
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