Al
día siguiente la fiebre no había cedido del todo, Leonard fue a la cuidad para
buscarle medicina a Jill y ella había salido a cabalgar y a nadar un momento en
el lago, esperando que el agua hiciera que su temperatura bajara, pero
nuevamente el loco de Frederick ataco ahora a Jill, encadenándola aunque charle
logro detenerlo y llevárselo, la debilidad y el peso de las cadenas arrastraban
a Jill hacia el fondo del lago intento nadar a la orilla, pero justo cuando
estaba cerca perdió la conciencia. Afortunadamente Leonard la encontró y la
saco del agua llevándola de regreso a casa, al parecer el lugar era un caos a
causa de Frederick, Leonard llevo a Jill a su habitación y la obligo a tragar la
medicina dándole un beso francés.
Jill
inflo las mejillas al tragar aquella horrible medicina, Leonard se disculpo con
ella al haber sido tan rudo, Saine irrumpió en aquella habitación, aunque
estuviera molestándolos, se notaba dolor en su mirada, Leonard se alejo de
ellos saliendo de la habitación.
Jill
se quedo sola con Saine, había un silencio incomodo entre ambos, repentinamente
Saine la abrazo con demasiada fuerza y le arranco el collar del cuello, incluso
sus colmillos en ella y bebió frenéticamente, no podía detenerse y Jill no podía
alejarlo, Jill pidió ayuda de alguien, fue Leonard el que acudió alejando a Saine
de ella.
Jill
estaba asustada y temblando, además estaba molesta con Saine, salto por la
ventana y se adentro en el bosque sin detenerse siquiera a tomar aire de nuevo,
Leonard la siguió llevándola de regreso a casa, aun estaba enferma, la fiebre
no había hecho sino aumentar, Leonard la llevo a su habitación, Jill tenia raspones
en todo el cuerpo, al parecer al ser atraído por la sangre de Jill, Leonard
comenzó a lamer sus heridas.
Jill
no lo detuvo ahí, ambos avanzaron un poco más, hasta que fue el mismo Leonard
el que se detuvo, Jill se sintió apenada y molesta con ella misma, como era
posible que dejara a Leonard avanzar tanto, que era lo que le permita a ella
dejar que el avanzara de esa manera, por que no lo detenía? Acaso era que
quería ocultar lo que ella sentía en el fondo? Olvidarse de todo lo que la lastimaba
y la mataba lentamente por dentro por su culpa, quería olvidar eso estando con
Leonard?
Jill
se odiaba a sí misma, estaba con Leonard por el miedo que ella había tenido al
rechazo de Yue, amaba realmente a Leonard? O era solo aquel instinto de
protegerlo lo que la había impulsado? Sentía algo por Leonard, si, lo sentía,
pero.... aun sentía algo por Yue, algo muy... muy fuerte que a veces la hacía
sentir dolor por dentro, ese algo que en lugar de desaparecer parecía que crecía,
y ella no podía controlarlo.
Saine
había permanecido inmovilizado, algo extraño que Frederick había empleado en
Roxte lo estaba afectando a él, estaba frustrado y se sentía fatal por casi
haber matado a Jill, Yue había deshecho el sello que lo mantenía inmóvil, y se había
marchado, parecía alterado por algo, poco después charle lo llamo mentalmente
pidiéndole ayuda, la encontró siendo aplastada por el cuerpo inconsciente de Yue,
los ojos de Saine emitieron leve resplandor verde, sentía ira en su interior, así
que el mayordomo había decidido volver con la noche? Había recuperado sus
recuerdos? O era que solo le encantaba hacer sufrir el corazón de las damas?
Saine
apoyo un poco a charle, preguntándose como reaccionaria la pequeña Jill si Yue
llegase a ser la pareja de charle? En parte la shinigami tenía la culpa por ser
tan tonta, inmadura y enamoradiza, pero... después de todo aun era pequeña, sus
cambios se habían dado con tanta rapidez que no sabía qué era lo que sentía realmente.
Durante
el desayuno del día siguiente, Saine se dedico a molestar a Jill, insinuando
que ella pronto tendría un hijo con Leonard si seguía comportándose así, Jill
se molesto con él, ya que sabía que su comportamiento no era el adecuado,
además se odiaba a si misma si analizaba la razón por la cual se portaba así.
Salió
por la ventana, y monto su caballo adentrándose al bosque, Leonard la siguió
tratando de detenerla, logrando alcanzarla cuando el bosque comenzó a tornarse más
obscuro y espeso, Jill había visto algo en unos arbustos, cuando Leonard se
acerco vio que sostenía a un pequeño lobezno blanco, estaba herido y débil,
ambos regresaron a la mansión.
Jill
curo las heridas de Leonard y las de Kalisto, el cual era el nombre del pequeño
lobo, Jill estaba encantada con él y el
lobito parecía haberse encariñado con ella, incluso tomándola como si fuera su
mamá.
Al
día siguiente, cuando Jill y Monse discutían acerca de que darle de comer al
cachorro, el búho de su hermana llego algo alterado, Kura ululaba y aleteaba
incesantemente, esperando a que ellas lo siguieran, a ambas les extraño aquella
situación y salieron con el búho, el cual las guio a unos arbustos, sobre los
cuales estaba derribado Yue, el cual estaba muy mal herido.
-
Yue
san?!- exclamaron ambas al verlo, pero el mayordomo no reaccionaba y respiraba
dificultosamente, sus gestos denotaban dolor
Jill
uso su fuerza sobrenatural para llevar al mayordomo a su habitación, la joven
shinigami estaba entrando en pánico al ver así al mayordomo, jamás lo había
visto tan herido.
-
Yue...
Yue no te mueras- le suplico temblando el traje del mayordomo estaba
completamente lleno de sangre, Jill se levanto y fue de inmediato por agua y
toallas para limpiar las heridas de Yue – Yue san.. por favor no pienses mal de
mí- dijo Jill al regresar a su lado
-
*pequeña
dama, jamás pensaría mal de usted*- respondió el mayordomo mentalmente y con
dificultad
-
Por
favor- suplico Jill tomando la camisa del mayordomo y abriéndola de un fuerte tirón
dejando a la vista el toso de Yue completamente cubierto de heridas.- no te
mueras- murmuro limpiando la sangre de este , estaba temblando y muy asustada
Saine
apareció al lado de Jill al sentir su energía, y la de Yue tan inestables, Jill
lo miro llorosa, suplicándole que no dejara morir al mayordomo, Saine suspiro,
mando a Monse a conseguir sangre de tres animales al bosque, mientras el
intentaría entrar en el subconsciente de Yue, había algo que lo dañaba desde
dentro, y el tenia que sumergirse en su subconsciente si quería que el demonio
no muriera.
Saine
le pidió a Jill que saliera, no estaba seguro de cómo resultaría todo así que
no quería que la shinigami estuviera ahí, le confió a charle un pergamino y
entro en el subconsciente del demonio.
Jill
salió al pasillo, podía escuchar las quejas de Yue en su mente, los gritos
desgarradores de dolor que soltaba por el daño que le estaban causando, se
sentía molesta por no poder hacer nada, y por no poder darle una lección a aquellos
que herían a Yue, su mayordomo, su amigo, el demonio que ella aun amaba.
Leonard
apareció a su lado estrechándola contra el Jill veía y sentía todo lo que le
pasaba a Yue y a Saine, no entendía por qué, cuando Saine fue expulsado del
cuerpo de Yue esta sintió el fuerte golpe que el shinigami se había dado, Jill
veía los recuerdos de Yue, sus ojos se llenaron de lagrimas.
-
Que
hago leo-kun?- le pregunto Jill desesperada, percibía el vacio que el demonio
sentía en ese momento, Jill sintió un terrible dolor en su pecho, y miedo...
miedo a que Yue perdiera todos los sentimientos que tenia, ella simplemente no
quería eso
Jill
no supo realmente lo que paso esa noche, había ido a su habitación con Leonard,
pero... no quería recordar más, había tratado nuevamente de ocultar su miedo
con él, se odiaba por eso.
A
la mañana siguiente, su hermano regreso con Ángela mal herida, Monse comenzó a
atenderla, cuando Jill menciono lo que había pasado y como habían encontrado a Yue
medio muerto, Alexander salió de aquella habitación y fue a buscar a Yue, Jill
lo siguió esperando que estuviera bien.
Saine
había llegado antes a la habitación del mayordomo, cuando ambos hermanos
entraron vieron a una extraña mujer de pie ahí sin más.
-
Siento
importunarlos en el día de hoy y aparecer de esta manera, pero tenía muchos
deseos de ver a Yue- dijo sonriendo radiantemente, Jill solo la miro fijamente
-
Quien
es ella?- pregunto Jill
-
Ella
es la señorita Evangeline Rave- respondió Saine sin perderla de vista, Jill
levanto una ceja, vio a Yue incorporarse un poco, no pudo evitar sentir alivio
-
Yue!-
exclamo abrazándolo con sumo cuidado- que bueno que ya estés mejor- dijo
aliviada, si era o no correcto hacer eso frente a una “invitada” no le
importaba
-
*ya me encuentro un poco mejor Lady Jill-sama*- respondió el mayordomo de manera mental
correspondiendo a su abrazo- *gracias por preocuparse por mí..*.- le sonrió,
cosa que pareció molestar a aquella mujer
-
Disculpe
my lady, pero ¿de dónde salió usted?- pregunto Alexander tratando de mantener
la calma
-
Oh,
lo siento, yo solo aparecí, espero que no le moleste, my lord, ya me retiro,
regresar en otro momento, percibo que tienen problemas- dijo desapareciendo
Jill
la miraba de reojo, sin dejar de abrazar a Yue n ningún momento.
-
Yue
no puedes hablar?- le pregunto angustiada, aunque se sentía mejor de que
aquella extraña se hubiera desvanecido
-
Excelente,
como si ya no hubieran suficientes problemas... Yue ¿que te ocurrió? Esa mujer
te hizo algo?- le pregunto Alexander- Jill se aparto de Yue y tomo a su lobezno
en sus brazos
-
Mira
Yue? Verdad que es lindo?
-
*vaya, pero que buen lobezno
tiene entre sus manos Lady Jill-sama....*- le respondió después de dejarse caer en la cama de
nuevo - *Hola Alexander-sama, no, ella no
me hizo ningún daño....solo, vino a verme...*
-
¿Que
necesitas para sanar? Descanso, alimento, sangre, algún medicamento? Si lo sé
es una tontería que un demonio necesite un medicamento, pero... no sé qué hacer-
dijo Alexander desesperado, Yue se acerco a su cuello pero.. en lugar de beber
sangre, se desvió besando los labios del joven.
Jill
los miro a ambos con sorpresa, sus mejillas se sonrojaron al verlos tan juntos,
Alexander por fin separo a Yue de sus labios, Jill no dijo nada aunque... sentía
ligeras punzadas de envidia, Jill a veces envidiaba la manera en que Yue le hacía
más caso a su hermano, aunque su hermano no se comportaba como un niño, y ella
aun lo hacía.
Cuando
salió de su trance se vio a si misma sola en la habitación del mayordomo, no sabía
que había pasado, vio las sabanas llenas de sangre, decidió cambiarlas por unas
limpias, cuando lo hizo.. Sostuvo un momento la sabana ensangrentada aspirando
su aroma, un par de lágrimas rodaron por sus mejillas, absorbiéndose en la
sabana.
-
Jamás
sentirás nada por mi mas que respeto por ser tu ama?- murmuro- o cariño hacia
una niña pequeña? Solo eso puedo esperar?... que sientes realmente? Que siento
yo?
Jill
se limpio las lagrimas con la sabana ensangrentada y salió de ahí seguida por
el lobezno, Jill se encontró con Leonard, el cual le mostro un cuadro, a Jill
le sorprendía el talento que Leonard tenia, el cuadro era de un enorme lobo
rojo con una chica en su lomo.
-
Crees
que Kalisto crezca así de grandote?
-
Si
llegara a crecer así, no crees que sería una molestia? Donde dormiría?
-
En
mi habitación- sonrió Jill, sintió la presencia de aquella mujer de nuevo, un
gran pesar comenzó a recorrerla- “por que
simplemente no se larga y ya... que no entiende que los invitados no deseados
no son bienvenidos”- gruño mentalmente- leo kun.. me acompañarías a la
cocina, me gustaría buscarle algo de comer a Kalisto
Jill
se paso toda la noche esperando a que la presencia de aquella mujer
desapareciera, pero simplemente no lo hacía, cuando por fin se desvaneció
esperaba que ya no regresara, salió de su habitación a hurtadillas, sin que
nadie la notara, entro a la habitación de Yue, quería saber cómo estaban sus
heridas, el mayordomo dormía, lucia débil aun ya que había tenido que enfrentar
otra batalla.
Jill
se acerco acariciando la mejilla de Yue, sentía el aroma y la leve energía de aquella
mujer en la habitación, Jill cerró el puño , una lagrima resbalo por su mejilla
cuando observaba a Yue, la cual cayó en la mejilla del mayordomo.
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