viernes, 24 de mayo de 2013

Sentimiento oculto Parte 6


Al día siguiente la fiebre no había cedido del todo, Leonard fue a la cuidad para buscarle medicina a Jill y ella había salido a cabalgar y a nadar un momento en el lago, esperando que el agua hiciera que su temperatura bajara, pero nuevamente el loco de Frederick ataco ahora a Jill, encadenándola aunque charle logro detenerlo y llevárselo, la debilidad y el peso de las cadenas arrastraban a Jill hacia el fondo del lago intento nadar a la orilla, pero justo cuando estaba cerca perdió la conciencia. Afortunadamente Leonard la encontró y la saco del agua llevándola de regreso a casa, al parecer el lugar era un caos a causa de Frederick, Leonard llevo a Jill a su habitación y la obligo a tragar la medicina dándole un beso francés.

Jill inflo las mejillas al tragar aquella horrible medicina, Leonard se disculpo con ella al haber sido tan rudo, Saine irrumpió en aquella habitación, aunque estuviera molestándolos, se notaba dolor en su mirada, Leonard se alejo de ellos saliendo de la habitación.

Jill se quedo sola con Saine, había un silencio incomodo entre ambos, repentinamente Saine la abrazo con demasiada fuerza y le arranco el collar del cuello, incluso sus colmillos en ella y bebió frenéticamente, no podía detenerse y Jill no podía alejarlo, Jill pidió ayuda de alguien, fue Leonard el que acudió alejando a Saine de ella.

Jill estaba asustada y temblando, además estaba molesta con Saine, salto por la ventana y se adentro en el bosque sin detenerse siquiera a tomar aire de nuevo, Leonard la siguió llevándola de regreso a casa, aun estaba enferma, la fiebre no había hecho sino aumentar, Leonard la llevo a su habitación, Jill tenia raspones en todo el cuerpo, al parecer al ser atraído por la sangre de Jill, Leonard comenzó a lamer sus heridas.

Jill no lo detuvo ahí, ambos avanzaron un poco más, hasta que fue el mismo Leonard el que se detuvo, Jill se sintió apenada y molesta con ella misma, como era posible que dejara a Leonard avanzar tanto, que era lo que le permita a ella dejar que el avanzara de esa manera, por que no lo detenía? Acaso era que quería ocultar lo que ella sentía en el fondo? Olvidarse de todo lo que la lastimaba y la mataba lentamente por dentro por su culpa, quería olvidar eso estando con Leonard?

Jill se odiaba a sí misma, estaba con Leonard por el miedo que ella había tenido al rechazo de Yue, amaba realmente a Leonard? O era solo aquel instinto de protegerlo lo que la había impulsado? Sentía algo por Leonard, si, lo sentía, pero.... aun sentía algo por Yue, algo muy... muy fuerte que a veces la hacía sentir dolor por dentro, ese algo que en lugar de desaparecer parecía que crecía, y ella no podía controlarlo.

Saine había permanecido inmovilizado, algo extraño que Frederick había empleado en Roxte lo estaba afectando a él, estaba frustrado y se sentía fatal por casi haber matado a Jill, Yue había deshecho el sello que lo mantenía inmóvil, y se había marchado, parecía alterado por algo, poco después charle lo llamo mentalmente pidiéndole ayuda, la encontró siendo aplastada por el cuerpo inconsciente de Yue, los ojos de Saine emitieron leve resplandor verde, sentía ira en su interior, así que el mayordomo había decidido volver con la noche? Había recuperado sus recuerdos? O era que solo le encantaba hacer sufrir el corazón de las damas?

Saine apoyo un poco a charle, preguntándose como reaccionaria la pequeña Jill si Yue llegase a ser la pareja de charle? En parte la shinigami tenía la culpa por ser tan tonta, inmadura y enamoradiza, pero... después de todo aun era pequeña, sus cambios se habían dado con tanta rapidez que no sabía qué era lo que sentía realmente.

Durante el desayuno del día siguiente, Saine se dedico a molestar a Jill, insinuando que ella pronto tendría un hijo con Leonard si seguía comportándose así, Jill se molesto con él, ya que sabía que su comportamiento no era el adecuado, además se odiaba a si misma si analizaba la razón por la cual se portaba así.

Salió por la ventana, y monto su caballo adentrándose al bosque, Leonard la siguió tratando de detenerla, logrando alcanzarla cuando el bosque comenzó a tornarse más obscuro y espeso, Jill había visto algo en unos arbustos, cuando Leonard se acerco vio que sostenía a un pequeño lobezno blanco, estaba herido y débil, ambos regresaron a la mansión.

Jill curo las heridas de Leonard y las de Kalisto, el cual era el nombre del pequeño lobo, Jill estaba encantada con él  y el lobito parecía haberse encariñado con ella, incluso tomándola como si fuera su mamá.

Al día siguiente, cuando Jill y Monse discutían acerca de que darle de comer al cachorro, el búho de su hermana llego algo alterado, Kura ululaba y aleteaba incesantemente, esperando a que ellas lo siguieran, a ambas les extraño aquella situación y salieron con el búho, el cual las guio a unos arbustos, sobre los cuales estaba derribado Yue, el cual estaba muy mal herido.

-          Yue san?!- exclamaron ambas al verlo, pero el mayordomo no reaccionaba y respiraba dificultosamente, sus gestos denotaban dolor

Jill uso su fuerza sobrenatural para llevar al mayordomo a su habitación, la joven shinigami estaba entrando en pánico al ver así al mayordomo, jamás lo había visto tan herido.

-          Yue... Yue no te mueras- le suplico temblando el traje del mayordomo estaba completamente lleno de sangre, Jill se levanto y fue de inmediato por agua y toallas para limpiar las heridas de Yue – Yue san.. por favor no pienses mal de mí- dijo Jill al regresar a su lado
-          *pequeña dama, jamás pensaría mal de usted*- respondió el mayordomo mentalmente y con dificultad
-          Por favor- suplico Jill tomando la camisa del mayordomo y abriéndola de un fuerte tirón dejando a la vista el toso de Yue completamente cubierto de heridas.- no te mueras- murmuro limpiando la sangre de este , estaba temblando y muy asustada

Saine apareció al lado de Jill al sentir su energía, y la de Yue tan inestables, Jill lo miro llorosa, suplicándole que no dejara morir al mayordomo, Saine suspiro, mando a Monse a conseguir sangre de tres animales al bosque, mientras el intentaría entrar en el subconsciente de Yue, había algo que lo dañaba desde dentro, y el tenia que sumergirse en su subconsciente si quería que el demonio no muriera.

Saine le pidió a Jill que saliera, no estaba seguro de cómo resultaría todo así que no quería que la shinigami estuviera ahí, le confió a charle un pergamino y entro en el subconsciente del demonio.

Jill salió al pasillo, podía escuchar las quejas de Yue en su mente, los gritos desgarradores de dolor que soltaba por el daño que le estaban causando, se sentía molesta por no poder hacer nada, y por no poder darle una lección a aquellos que herían a Yue, su mayordomo, su amigo, el demonio que ella aun amaba.

Leonard apareció a su lado estrechándola contra el Jill veía y sentía todo lo que le pasaba a Yue y a Saine, no entendía por qué, cuando Saine fue expulsado del cuerpo de Yue esta sintió el fuerte golpe que el shinigami se había dado, Jill veía los recuerdos de Yue, sus ojos se llenaron de lagrimas.

-          Que hago leo-kun?- le pregunto Jill desesperada, percibía el vacio que el demonio sentía en ese momento, Jill sintió un terrible dolor en su pecho, y miedo... miedo a que Yue perdiera todos los sentimientos que tenia, ella simplemente no quería eso

Jill no supo realmente lo que paso esa noche, había ido a su habitación con Leonard, pero... no quería recordar más, había tratado nuevamente de ocultar su miedo con él, se odiaba por eso.

A la mañana siguiente, su hermano regreso con Ángela mal herida, Monse comenzó a atenderla, cuando Jill menciono lo que había pasado y como habían encontrado a Yue medio muerto, Alexander salió de aquella habitación y fue a buscar a Yue, Jill lo siguió esperando que estuviera bien.

Saine había llegado antes a la habitación del mayordomo, cuando ambos hermanos entraron vieron a una extraña mujer de pie ahí sin más.

-          Siento importunarlos en el día de hoy y aparecer de esta manera, pero tenía muchos deseos de ver a Yue- dijo sonriendo radiantemente, Jill solo la miro fijamente
-          Quien es ella?- pregunto Jill
-          Ella es la señorita Evangeline Rave- respondió Saine sin perderla de vista, Jill levanto una ceja, vio a Yue incorporarse un poco, no pudo evitar sentir alivio
-          Yue!- exclamo abrazándolo con sumo cuidado- que bueno que ya estés mejor- dijo aliviada, si era o no correcto hacer eso frente a una “invitada” no le importaba
-          *ya me encuentro un poco mejor Lady Jill-sama*-  respondió el mayordomo de manera mental correspondiendo a su abrazo-  *gracias por preocuparse por mí..*.- le sonrió, cosa que pareció molestar a aquella mujer
-          Disculpe my lady, pero ¿de dónde salió usted?- pregunto Alexander tratando de mantener la calma
-          Oh, lo siento, yo solo aparecí, espero que no le moleste, my lord, ya me retiro, regresar en otro momento, percibo que tienen problemas- dijo desapareciendo

Jill la miraba de reojo, sin dejar de abrazar a Yue n ningún momento.

-          Yue no puedes hablar?- le pregunto angustiada, aunque se sentía mejor de que aquella extraña se hubiera desvanecido
-          Excelente, como si ya no hubieran suficientes problemas... Yue ¿que te ocurrió? Esa mujer te hizo algo?- le pregunto Alexander- Jill se aparto de Yue y tomo a su lobezno en sus brazos
-          Mira Yue? Verdad que es lindo?
-          *vaya, pero que buen lobezno tiene entre sus manos Lady Jill-sama....*- le respondió después de dejarse caer en la cama de nuevo - *Hola Alexander-sama, no, ella no me hizo ningún daño....solo, vino a verme...*
-          ¿Que necesitas para sanar? Descanso, alimento, sangre, algún medicamento? Si lo sé es una tontería que un demonio necesite un medicamento, pero... no sé qué hacer- dijo Alexander desesperado, Yue se acerco a su cuello pero.. en lugar de beber sangre, se desvió besando los labios del joven.

Jill los miro a ambos con sorpresa, sus mejillas se sonrojaron al verlos tan juntos, Alexander por fin separo a Yue de sus labios, Jill no dijo nada aunque... sentía ligeras punzadas de envidia, Jill a veces envidiaba la manera en que Yue le hacía más caso a su hermano, aunque su hermano no se comportaba como un niño, y ella aun lo hacía.

Cuando salió de su trance se vio a si misma sola en la habitación del mayordomo, no sabía que había pasado, vio las sabanas llenas de sangre, decidió cambiarlas por unas limpias, cuando lo hizo.. Sostuvo un momento la sabana ensangrentada aspirando su aroma, un par de lágrimas rodaron por sus mejillas, absorbiéndose en la sabana.

-          Jamás sentirás nada por mi mas que respeto por ser tu ama?- murmuro- o cariño hacia una niña pequeña? Solo eso puedo esperar?... que sientes realmente? Que siento yo?

Jill se limpio las lagrimas con la sabana ensangrentada y salió de ahí seguida por el lobezno, Jill se encontró con Leonard, el cual le mostro un cuadro, a Jill le sorprendía el talento que Leonard tenia, el cuadro era de un enorme lobo rojo con una chica en su lomo.

-          Crees que Kalisto crezca así de grandote?
-          Si llegara a crecer así, no crees que sería una molestia? Donde dormiría?
-          En mi habitación- sonrió Jill, sintió la presencia de aquella mujer de nuevo, un gran pesar comenzó a recorrerla- “por que simplemente no se larga y ya... que no entiende que los invitados no deseados no son bienvenidos”- gruño mentalmente- leo kun.. me acompañarías a la cocina, me gustaría buscarle algo de comer a Kalisto

Jill se paso toda la noche esperando a que la presencia de aquella mujer desapareciera, pero simplemente no lo hacía, cuando por fin se desvaneció esperaba que ya no regresara, salió de su habitación a hurtadillas, sin que nadie la notara, entro a la habitación de Yue, quería saber cómo estaban sus heridas, el mayordomo dormía, lucia débil aun ya que había tenido que enfrentar otra batalla.

Jill se acerco acariciando la mejilla de Yue, sentía el aroma y la leve energía de aquella mujer en la habitación, Jill cerró el puño , una lagrima resbalo por su mejilla cuando observaba a Yue, la cual cayó en la mejilla del mayordomo.

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