Leonard
se enfureció con él, Saine se puso de pie y salió de la mansión con Leonard,
habían mencionado algo de un talismán que Saine no podía tocar, como sea a Jill
no le importaba, regreso a su habitación aun enfurecida, las lagrimas caían por
sus mejillas formando gruesas líneas, cerró la puerta de su habitación
liberando una fuerte ola de energía la cual rompió la ventana, partió en dos el
biombo y destrozo el sofá y el tocador.
Alexander
entro poco después de oír el estruendo, se acerco a ella preocupado, Jill lo
miro con los ojos llorosos, intentando fingir que no pasaba nada. Alexander
limpio las mejillas de Jill.
-
Dime
una cosa pequeña ¿hay algo que te gustaría decirme?- le pregunto abrazándola, Jill
oculto su rostro, quería decirle como se sentía, aquel vacio en su pecho era insoportable-
Vamos a mi habitación, dejaremos que Yue se encargue de limpiarlo todo- la tomo
de la mano y salió con ella hacia su habitación – y bien?- le pregunto
esperando conseguir respuestas,
Jill
lo miro fijamente y se soltó llorando en sus brazos, necesitaba desahogarse,
pero las lagrimas solo aumentaban el dolor que sentía
-
Tranquila
Jill, todo estará bien. Ahora ¿podrías explicarme que ocurre? De lo contrario
no podre ayudarte
Jill
lloro hasta quedarse dormida, ya no tenía más fuerzas para nada mas, Alexander
la dejo descansar saliendo de la habitación.
Despertó
poco rato después, se sentía pésimo, o peor, paso sus manos por su cuello
buscando su collar, pero... no lo llevaba con ella, sintió un nudo en el
estomago, no podía perder también eso, salió de la habitación de su hermano y
fue a la suya propia, busco en todos lados pero no tuvo resultado alguno,
después bajo a la sala de descanso al comedor el pasillo, nada, no estaba en
ningún lado, solo restaba la cocina.
Cuando
llego vio a su hermano lleno de chocolate y como Yue le quitaba una gota de
chocolate que caía por su mejilla y después lo llevaba a sus labios, Jill
agacho la mirada conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir de nuevo. Saine
estaba en la entrada de la cocina noto las expresiones de Jill, y tomo su brazo
para evitar que se fuera, pero Alexander se molesto ante esto y le dijo a Saine
que lo acompañara, soltó a Jill y subió con Alexander.
Jill
trato de no ver a Yue de frente, busco con la mirada más tampoco lo encontró,
suspiro resignada sentándose en un banquillo, sus ojos estaban llorosos de
nuevo, ese no había sido su día, había recibido un duro golpe al corazón, Saine
la había hecho sentir peor aun y ahora perdía su collar.
-
pequeña
dama, busca algo....??- le pregunto Yue acercándose a ella- no se preocupe, solo cuente hasta 10, y
aparecerá
Jill
sonrió de medio lado, había perdido muchas cosas ese día, Yue cubrió los ojos
de Jill y esta comenzó a contar, Yue coloco el collar de Jill en su cuello sin
que esta lo sintiera, ella abrió los ojos cuando termino de contar
-
Listo,
my Lady Jill-sama... ahora dígame, que estaba buscando?- le pregunto el
mayordomo
-
buscaba
mi collar – respondió Jill levándose sus manos al cuello, sintió el collar con
el dije de plata pegado a su piel, sus ojos se pusieron acuosos- gracias Yue!
Gracias de verdad!!- exclamo abrazándolo
-
no
tiene porque agradecerme nada pequeña dama...- respondió Yue abrazando a Jill
con algo de cariño mientras acariciaba su cabello azulino
Takurazuka
ataco la mansión poco después, justo cuando un joven de cabello rojo bastante
impertinente y grosero había salido de un medallón que Taku había dejado caer
en la última batalla, ahora estaba de vuelta aun con intenciones de matar a la
pequeña shinigami, Jill intento participar en la batalla pero algo la detuvo,
un fuerte e insoportable dolor la invadió, al tiempo que su temperatura
aumentaba, ella estaba a punto de crecer de nuevo, Yue y Leonard la escudaron,
mientras que Saine y Roxte pelearon con ella haciendo que se marchara de nuevo.
Jill
fue llevada a su habitación para que estuviera más relajada, el proceso de
crecer era más doloroso en ella por ajuna razón, esta vez creció hasta tener
una apariencia de 15 años, su cuerpo era visiblemente más desarrollado que
antes. Pero también había incrementado su fuerza.
Pero
ni siquiera ese cambio alejo sus pesadillas, ahora eran más reales que antes, no
sabía qué hacer, no quería seguir soportando eso, pero... no sabía si seguir
recurriendo a Yue como antes
Taku
finalmente fue vencida al tercer enfrentamiento, justo cuando ella intentaba
usar de títere a Leonard para atacar a Jill, estaba herida, y busco la manera
de escudarse en el, Saine evito que Leonard hiriera a Jill, sirviendo el mismo
de escudo, la guadaña del shinigami atravesó el pecho de Saine, Alexander se lanzo
al ataque contra Takurazuka, pero su espada se clavo en el costado de Leonard.
Roxte y Alexander se lanzaron nuevamente al ataque, atravesando el cuerpo de
Taku completamente, acabando al fin con ella.
Regresaron
a la mansión, Saine no dejaba de escupir sangre ni de sangrar en absoluto,
Leonard tampoco estaba mejor, Jill estaba asustada, esta vez Yue no había
estado en casa para ayudarlos, estaba en el inframundo cumpliendo una misión
nuevamente, Jill no sabía qué hacer, el demonio podría curar a Leonard y a Saine
sin duda, pero como llamarlo, como podría hacer que Yue llegara a ayudarlos?
Un
espíritu apareció frente a ellos, se parecía a Taku de cierto modo, Jill se puso
en guardia, pero aquella mujer no iba a amenazarlos, al menos no de muerte, sin
embargo presiono emocionalmente a Jill usando sus confusos sentimientos en su
propia contra. Alice, aquella mujer, dijo que solo podría salvar a uno de los
dos, pero para ello debería elegir al que mas amaba, Jill se confundió mas, su
cerebro daba vueltas, y su hermana Monse no fue de ayuda ya que la dejo sola
cuando Roxte se la llevo de ahí. Jill no podía pedirle consejo a nadie, a pesar
de lo que ella había oído decir a Yue, era inevitable, ella lo seguía amando,
amaba a Yue con locura más que a nada en ese mundo, amaba a Yue desde que tenía
memoria, sin embargo el tampoco estaba en ese momento, Leonard y Saine se
morían por su culpa, y ella por su cuenta no podía hacer nada.
Alice
siguió presionándola, aquel al que ella eligiera, aquel al que ella amara más
seria el que se salvaría, que debía de hacer? Gritarle que amaba a Yue? Que
amaba a su mayordomo y dejar que Saine y Leonard se murieran delante de ella?
Eso era demasiado egoísta de su parte.
-
sálvalos
a ambos- le suplicó con lagrimas en los ojos- sálvalos a ambos por favor... te daré
mi sangre, mi cuerpo o mi vida... pero sálvalos a ambos
-
dime
a quien amas...y sabes que te amara?..no me respondas..besa al que ames..y salvare
a los 2.
Jill
sintió como un fuerte golpe que la dejo sin fuerzas, como rayos le pedía tomar
una decisión así, acaso ese maldito espíritu no sabía que además de Leonard y Saine
también estaba Yue? Como podía entonces decidir? Si Yue estuviera ahí sería más
fácil pero, estaba sola, y la vida de ellos dos dependían de ella.
-
no
puedo.....aun no puedo tomar una decisión así.. aun estoy confundida no quiero
lastimarlos!- Alice negó con la cabeza y siguió presionándola - como le pides a
una niña que decida eso?- susurro - prométeme que salvaras ambos
-
solo
puedo darte un poco más de tiempo, pero tarde o temprano tendrás que decidir-
dijo antes de desaparecer, Saine y Leonard recuperaron el conocimiento
Jill
se acerco a ambos, recordando los momentos que ha pasado con ellos, estaba terriblemente
mareada, rezaba por que todo fuera un sueño, y que al despertar pudiera lanzar
a Saine de la cama, que Yue fuera a llevarle el desayuno y a darle un baño, que
Leonard entrenara con ella de nuevo.
-
Aun
soy una niña- sollozo – como... como puedo hacer algo así? Aun... aun no
puedo... yo.. yo no sé a quién debo.. entregarle mis sentimientos...
-
haz
lo que tengas que hacer.... después de todo.. no puedo forzarte a nada, y sé
que no eres Elise- murmuro Saine
Jill
no soporto la presión, cayo inconsciente en ese momento, Saine la sostuvo en
sus brazos, tenía la necesidad de beber la sangre de la shinigami, pero... no
lo haría en ese estado.
Jill
permaneció inconsciente unos momentos, por su cabeza resonaban las presiones de
Alice, aun veía la sangre de ambos shinigamis correr, se vio a sí misma en un
enorme charco de sangre, viéndolos morir a ambos sin que ella pudiera hacer
nada. Vio a Yue detrás de ella de pie sin decir nada, quería gritarle pedirle
ayuda, pero... su voz no salía de su garganta, aquella charla que había
escuchado se repitió en su cabeza “a
decir verdad, últimamente he estado perdiendo, eso a lo que le llaman
sentimientos Bocchan...”, “se perfectamente mi posición como mayordomo de esta
familia, y también se, que Lady Jill-sama será comprometida con alguna persona
al igual que, a usted, Bocchan, la pequeña dama, está confundida
con respecto a sus sentimientos, así que no veo el caso de hacer algo al
respecto...”
“no veo el caso de hacer algo al
respecto” aquella
frase se repitió incontables veces en una milésima de segundo, Yue se lo había
dicho, ella era la pequeña dama, solo la pequeña dama, Saine también se lo había
dicho “Yue no corresponderá jamás a tus
sentimientos, el no siente lo mismo por ti Alexander me lo dijo” si eso era verdad, entonces que esperanzas
tenia, romperle el corazón a Saine y Leonard solo para que se lo rompieran a
ella? Era eso lo que verdad quería? El Yue que ella veía se dio la vuelta
alejándose de ella, Jill lo llamo mas el no hizo ningún caso, lo llamo
suplicando le ordeno que regresara mas nada funcionaba, Jill so siguió abrazándolo
por la espalda, repitiéndole que lo amaba incesantemente, las lagrimas corrían
por sus ojos mientras se lo repetía incontables veces.
-
Te amo.. Yue no me dejes no me
abandones... yo te amo a ti por favor!”
-
Pequeña dama, está confundida con
respecto a sus sentimientos, pronto será comprometida con alguna persona al
igual que su hermano”
-
Pero yo te amo a ti, no quiero a
nadie más entiéndelo, Yue... yo te amo!”
-
Pequeña dama solo está
confundida, yo no tengo eso que llaman sentimientos, my lady, no veo el caso de
hacer algo al respecto
Jill
despertó sobresaltada, aquello había sido un sueño bastante real, estaba
temblando, estaba llorando, su corazón estaba roto, lastimado, aquellas
palabras habían sido tan reales y directas. Leonard entro a la habitación
cargando a Saine el cual estaba inconsciente, Jill lo miro llorosa, cuando lo
vio caer al piso se preocupo, pero lejos de ser algo grave, Leonard, al igual
que Jill en días pasados creció hasta obtener una apariencia de 17 años, Jill
lo abrazo asustada, había temido que de verdad estuviera en peligro de nuevo. Instintivamente
beso los labios del shinigami.
-
Por
favor no me abandones nunca- le suplico de manera mental- tu no me abandones
Leonard
la abrazo correspondiendo a su beso, el shinigami creía que se trataba de un
sueño, Saine despertó observando a Jill fijamente, tratando de adivinar que
pasaba por la confusa mente de la shinigami, el estaba seguro que ella
escogería a Yue, por que ahora estaba cediendo entregándose a ese mocoso, que
había pasado desde que la dejo recostada en su cama?
Jill
cerró sus sentimientos, eso sería algo que solo ella conocería, si bien jamás
dejaría de amar a Yue con locura, el demonio no la vería de otro modo que como
su ama, había hecho hasta lo imposible para que Yue entendiera lo que sentía
por él, pero el demonio no había cambiado en absoluto.
Saine
noto dolor en los ojos de Jill, bebió un poco de sangre de la muñeca de ella,
sintiendo la confusión de sus pensamientos, ella amaba Leonard de eso no había duda, pero aun así
amaba a Yue, y ningún poder sobre el mundo humano, o inframundo cambiaria eso,
pero ella había decidido guardarse lo que sentía a fin de cuentas.
Leonard
le sonrió a Jill y le puso su collar en el cuello, después tomo su mano derecha
en la cual tenia el brazalete.
-
Que
ambos protejan tu sonrisa- murmuro alegre
Jill
paso la noche con Leonard, aun así varios sueños incómodos invadieron sus
pensamientos, no aun así, sentirse segura en brazos de Leonard la ayudo a
dormir, era extraño ya que para Jill Leonard era un chico que ella debía
proteger, y no al revés como ella realmente lo deseaba.
Mmmm... bueno, es extraño el capitulo, no se que decir, es raro en ciertos aspectos, pero bien... veamos que sigue
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